Si hay una expresión que caracterice y defina Costa Rica, esa es «pura vida». Hace referencia a la alegría, la felicidad, el optimismo y el buen vivir. Y eso es precisamente lo que uno busca cuando decide viajar a Costa Rica.
Con un lema como este y una esperanza de vida superior a la de los países vecinos (79 años), no sorprende que Costa Rica sea el país más feliz del mundo, según la última clasificación de Happy Planet Index.
¿Quieres disfrutar de la pura vida? Pues echa un vistazo a nuestra selección de mejores cosas que ver en Costa Rica:
Conocer la flora y la fauna del país en el Parque Nacional Corcovado
Costa Rica es un auténtico paraíso natural y el lugar perfecto para los amantes del turismo ecológico y de naturaleza. Una cuarta parte del territorio nacional está protegido y es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo. Una buena muestra de ello es el Parque Nacional Corcovado, ubicado en el suroeste del país, donde habita la mitad de las especies de Costa Rica. Aquí podrás ver numerosos animales en peligro, como tapires y águilas harpías, además de cientos de aves y más de 500 especies de árboles.
Aprender todo sobre el buen café
Los costarricenses tienen una gran cultura del café y el país cuenta con ocho zonas productoras, así que aprovecha tu viaje para aprender todo lo que puedas. Café Britt, fundado en 1985 en la ciudad de Heredia, fue el primer productor de café gourmet y organiza visitas guiadas a su plantación, una oportunidad única de conocer los orígenes y la tradición del café en Costa Rica y de probar el que, según dicen, es uno de los mejores cafés del mundo.
Ver el desove de las tortugas marinas en el Parque Nacional Tortuguero
En cualquier viaje a Costa Rica no puede faltar una visita al Parque Nacional Tortuguero, situado en el noreste del país. Aunque alberga numerosas especies animales como monos, manatíes, iguanas y perezosos, el principal atractivo del parque es poder ver el desove de tortugas en sus playas. Entre julio y octubre miles de tortugas verdes llegan a las playas de Tortuguero por la noche para anidar tras haber recorrido muchos kilómetros. Los nervios de aguardar su llegada en silencio y en la oscuridad se ven recompensados con un espectáculo natural único.
Relajarte en playas paradisíacas
Imagínate estar en una playa de fina arena blanca y aguas cristalinas y rodeado de una exuberante vegetación que solo has visto en películas. Esa será tu recompensa después de pasar unos días de intensa exploración y largas caminatas. Playa Uvita se ubica dentro del Parque Nacional Marino Ballena (suroeste de Costa Rica) y tiene unos tres kilómetros de playa de arena fina y aguas cristalinas perfectas para nadar o practicar deportes acuáticos. Jaco es la playa más cercana a San José, y una de las más populares y concurridas. Mal Pais, en el oeste de la península de Nicoya, es otra playa muy recomendable, ya que se encuentra en uno de los lugares más remotos y menos visitados. Está rodeada de extensa vegetación, donde los monos campan a sus anchas.
Descencer el río Pacuare
El río Pacuare es uno de los diez mejores del mundo para practicar descenso en balsa, gracias a sus cañones, su belleza paisajística y unos rápidos que harán las delicias de los viajeros más aventureros. Para que te hagas una buena idea de lo que te espera debes saber que en un tramo de unos 30 km el río se produce un desnivel de más de unos 1200 m. Agarra bien esos remos y prepárate para pasar un día de lo más divertido e intenso.
Lanzarse en tirolesa
Si después del descenso por el río Pacuare aún te quedan ganas de aventura y emociones fuertes, visita la región de Monteverde para realizar alguno de los circuitos de tirolesa. Selvatura es una de las empresas que organiza uno de los circuitos más largos, con tres kilómetros de longitud y 18 plataformas desde las que lanzarse y atravesar la abundante vegetación en mitad de la niebla que cubre la zona. Será lo más parecido a volar que hagas en Costa Rica.
Ver volcanes de cerca
No todos los días puede uno ver volcanes de cerca, pero es casi imposible viajar a Costa Rica y no ver ninguno, ya que tiene más de cien. El volcán Arenal se encuentra en la zona de La Fortuna y es uno de los más activos, cuyas pequeñas erupciones se pueden contemplar por las noches. El volcán Poás, ubicado cerca de Alajuela, la segunda ciudad del país, tiene uno de los cráteres más profundos del mundo (300 metros). Cerca de Cartago se ubica el volcán Irazú, uno de los favoritos de los viajeros. Desde la cima del volcán (a más de 3400 metros) se puede divisar tanto el océano Pacífico como el Atlántico en días claros.
Visitar ciudades con historia
San José
La capital de Costa Rica será, con toda probabilidad, tu puerta de entrada al país, así que aprovéchalo para conocer un poco la ciudad antes de visitar otras zonas. Visita el bello teatro Nacional, el Museo del Oro Precolombino y pasea por las avenidas Central y Segunda. No te vayas sin pasar por el mercado Central.
Heredia
Heredia se encuentra a apenas 10 kilómetros de San José y su casco histórico cuenta con varios atractivos turísticos que conviene visitar, como la Escuela República Argentina, el edificio de Correos y Telégrafos, La Casa de la Cultura y la iglesia de La Inmaculada. El edificio más relevante es el fortín, una construcción del siglo XIX y casi trece metros de altura que fue declarado Monumento Nacional.
Las Juntas
El pasado de esta pequeña ciudad del noroeste costarricense está ligado a la actividad del oro, y suele ser lugar de paso para aquellos que visitan la zona de Monteverde. No te pierdas el Ecomuseo de las Minas de Abangares, construido sobre las ruinas de una de las minas de oro más antiguas de la región y donde podrás ver diversas máquinas y herramientas utilizadas en la extracción del preciado metal.
Probar comida deliciosa
Uno de los mayores placeres de viajar es poder probar la comida del país. La gastronomía de Costa Rica es muy variada, debido a las numerosas influencias de distintas etnias. No te vayas sin probar el caso (alubias, arroz con pimientos, cebolla y plátano frito, acompañado de ensalada y carne o pescado) y el gallo pinto, el típico desayuno costarricense que consiste en una mezcla de alubias y arroz con huevos fritos, carne picada y plátano frito. La olla de carne es un sabroso guiso de carne, patatas, plátanos verdes, patata, yuca y otros ingredientes que debes probar. Y por supuesto, ¡el café que no falte!