Seguro que conoces Río de Janeiro, el destino que acoge las Olimpiadas este año, ciudad de samba, carnaval, gente guapa e impresionantes playas; sin embargo, ¿qué sabes realmente de la segunda ciudad más poblada de Brasil después de São Paulo? Sigue leyendo y descubre estas 15 cosas sobre Río de Janeiro que quizá no sepas.
1. Río de Janeiro significa «Río de enero», pero en realidad es una bahía
Río de Janeiro, o «Río de enero», es un nombre muy poético para una ciudad por la que pasan más de doscientos ríos, pero, ¿a qué río se refiere? Pues la verdad es que a ninguno.
El descubridor portugués Gaspar de Lemos fue el primero en llegar a Río en enero de 1502. Según la leyenda, Lemos iba navegando por la bahía de Guanabara cuando se le ocurrió el nombre, pero pensó que la bahía era la desembocadura de un río grande.
En la actualidad algunos historiadores lo ponen en duda y argumentan que los portugueses eran navegantes demasiado buenos como para cometer semejante error y que la palabra «río» en el siglo XVI también se refería a las bahías. Sea como sea, el nombre de Río de Janeiro caló.
2. La mayoría de las escuelas de samba de Río se ubican en favelas
En Río de Janeiro hay más de mil favelas, donde vive casi una cuarta parte de la población carioca. Los residentes más humildes de Río llevan viviendo en favelas desde finales del siglo XIX, ya que son la opción de alojamiento más accesibles. Y fue allí, en las favelas, donde los antiguos esclavos africanos y sus descendientes crearon el estilo de música que hoy conocemos como samba.
La mayoría de las escuelas de samba conocidas hoy en día que participan en el famoso desfile de carnaval se encuentran en favelas, o cerca de ellas. Mangueira, Salgueiro y Unidos da Tijuca son algunas de ellas.
3. La estatua del Cristo Redentor es una de las nuevas siete maravillas del mundo
La belleza natural de Río de Janeiro es de postal, pero el rincón más famoso no solo es obra del hombre, sino que además fue elegido una de las nuevas siete maravillas del mundo en el 2007, junto a lugares como el Coliseo de Roma y el Taj Mahal. La estatua del Cristo Redentor es de unas proporciones gigantescas (la distancia entre las manos extendidas del Cristo es de 28 metros) y se construyó en el cerro del Corcovado sin espacio alguno para instalar andamios.
La estatua se inauguró en 1931 como homenaje al 100º aniversario de la ciudad de Río de Janeiro. Con sus 30 metros de altura (sin incluir los ocho metros del pedestal), el Cristo del Corcovado es la estatua de art déco más grande del mundo. Fue financiada por brasileños, diseñada por franceses y construida con piedra sueca. El resultado es espectacular y, aunque le caen varios rayos al año, sigue en pie, fuerte y robusta, observando a los cariocas desde lo alto.
4. Río de Janeiro tiene el cielo más azul del mundo
Cielos despejados, arena cálida, una bebida refrescante… Eso es exactamente lo que todos queremos en nuestras vacaciones, ¿no? Bien, pues en Río no solo encontrarás todo eso, sino también el cielo más azul del mundo. Quizá esta afirmación parezca un poco atrevida, pero se basa en un estudio realizado en el 2006 por una investigadora de televisión que viajó por el mundo en busca del cielo más azul del mundo.
Anya Hohnbaum, de veintisiete años, visitó veinte destinos, que incluían a Nueva Zelanda y Sudáfrica en un viaje de 72 días de duración como parte de un concurso que ganó. Para obtener resultados fiables utilizó un espectrómetro portátil especial diseñado por científicos del Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido. ¡Científicamente probado!
5. El Carnaval de Río de Janeiro es el más grande del mundo
Según el libro Guinness de récords en el 2004 el carnaval de Río atrajo a 400 000 visitantes extranjeros y se convirtió en el carnaval más grande del mundo. Además de los visitantes extranjeros casi cinco millones de personas cada año salen a las calles de Río para participar en cientos de fiestas callejeras o blocos, organizadas por los grupos de samba. Tampoco hay que olvidar que miles de personas compran entradas nada baratas a los desfiles en los que participan las mejores escuelas de samba de la ciudad. Esta es una fiesta para no perdérsela.
6. En la bahía de Guanabara hay más de cien islas
¿Qué tienen en común las postales del Pan de azúcar, el Cristo del Corcovado y la playa de Copacabana? Que todas tienen la bahía de Guanabara de fondo. No sorprende, ya que es enorme y en ella se encuentran 15 ciudades. Es la segunda bahía más grande de Brasil y tiene una superficie de 412 kilómetros cuadrados, 53 playas y más de cien islas.
Durante tu visita a Río seguramente vayas a alguna de ellas; por lo menos a una, Ilha do Governador, la más grande y donde se encuentra el aeropuerto internacional de Río de Janeiro.
7. En Río se ubica la octava biblioteca más grande del mundo
En noviembre de 1807 la familia real portuguesa tomó una difícil decisión: gobernar Río de Janeiro y escapar de Napoleón y sus tropas. Aproximadamente 15 000 personas, familia y criados, viajaron a Brasil en 14 barcos, y con ellas también uno de los tesoros más importantes de Portugal, la biblioteca real con sus 60 000 volúmenes.
Una de las primeras cosas que hizo João VI, príncipe regente portugués, en Brasil fue crear la Biblioteca Nacional, que se convirtió en la octava más grande del mundo, con más de quince millones de volúmenes.
8. La gente de Río es la más rápida al montarse en los autobuses
El autobús es el modo de transporte más barato para desplazarse por Río de Janeiro y te lleva a casi cualquier rincón de la ciudad. Sin embargo, montarse en un autobús en Río no es tan sencillo como uno cree. Los conductores no son lo que se dice cautelosos y muchas veces no esperan a los pasajeros que tardan en subir.
Ronaldo Balassiano, un investigador que llevaba años montando en autobús en Río decidió estudiar este fenómeno social. Descubrió que el miedo de los cariocas a que los conductores arranquen deprisa y pierdan el autobús hace que se monten y se bajen más rápido. Tardan solo 1,8 segundos en montarse en el autobús, mientras que los pasajeros en Londres tardan 2,4. ¡Quedas avisado!
9. En Río se encuentra el bosque urbano más grande del mundo
Río de Janeiro tiene seis millones de habitantes, pero a veces puede parecer una ciudad pequeña; sobre todo cuando estás en un bosque bajo una cascada o un salto de agua. Y es que en Río se encuentra el Parque Nacional de la Tijuca, el bosque urbano más grande del mundo.
Se trata de un área protegida de 33 kilómetros cuadrados reforestada a finales del siglo XIX por orden de Pedro II, emperador de Brasil. La idea era recuperar la zona que había sido destruida por plantaciones de café para evitar la erosión de las colinas que rodean Río. Algunos de los rincones más turísticos se encuentran parcialmente en el bosque de Tijuca, como el Jardín botánico, el Parque Lage y el Corcovado.
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10. «Carioca» significa «la casa del hombre blanco»
A los habitantes de Río de Janeiro se les conoce como cariocas. El término tiene origen en la lengua tupí-guaraní, hablada por los indígenas que habitaban estas tierras antes de que los europeos supieran siquiera de su existencia. Los indios llamaron kari’oka a la ciudad que los colonos portugueses estaban construyendo en su tierra, que significa «la casa del hombre blanco».
11. Río de Janeiro casi se queda sin los Juegos Olímpicos del 2016
El nombramiento en el 2009 de Río de Janeiro como ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos 2016 fue celebrada en la playa de Copacabana por miles de personas. Era el tercer intento de la ciudad de acoger los Juegos y todo el mundo pensaba que era hora de que le tocase a Río, aunque poco faltó para que no lo consiguiera.
Río de Janeiro estuvo a punto de no ser parte de las cuatro ciudades finalistas seleccionadas por el Comité Olímpico antes de la decisión final. Tenía peor puntuación que Doha, que fue rechazada por las altas temperaturas en verano. Doha propuso celebrar los Juegos en octubre, pero la idea no convenció. Río tenía una puntuación de 6,4, pero terminó ganando contra todo pronóstico.
12. Río llegó a ser la única capital europea fuera de Europa
Las situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, al menos en la época de João VI. En 1807 las tropas napoleónicas se acercaban cada vez más a Portugal con la intención de invadirlo. Para evitarlo, João VI hizo las maletas y envió a numerosas personas a Río de Janeiro entre 1808 y 1822.
Tras ser la sede del imperio, Río de Janeiro no iba a volver a ser la de antes y en 1822 Brasil declaró su independencia.
13. Durante el carnaval el rey Momo se convierte en dueño de Río de Janeiro
Dicen que el único motivo de vivir de los cariocas es el momento en que el alcalde de Río entrega las llaves de la ciudad al rey Momo, lo que marca el inicio del carnaval, “a maior festa do mundo”, como dicen por allí.
El rey Momo es un personaje mítico, un bromista cuyos orígenes históricos se remontan a la antigua Grecia. Momo simboliza la fiesta y la libertad, a la que atribuye mayor importancia que la razón, y normalmente lo representa alguien chonchito que rebosa felicidad y al que no le importa llevar un sombrero ridículo y una capa.
Esta tradición se celebra desde 1933 y todo el mundo se la toma bastante en serio. Cientos de periodistas informan sobre el momento todos los años. La llave de río permanece en manos del rey Momo hasta el Miércoles de Ceniza, cuando vuelve la rutina a la vida cotidiana.
14. Aquí es donde tuvo lugar el partido de fútbol más emblemático
Los brasileños no lo recuerdan con cariño, pero el 16 de julio de 1950 fue un día histórico. Brasil jugaba contra Uruguay en la final del Mundial en Maracaná, construido para la ocasión. Entonces era el estadio más grande del mundo.
Asistieron 173 850 personas con entrada y aproximadamente 20 000 sin ella a lo que todos pensaban que sería la primera vez en que Brasil ganara un Mundial. Sin embargo, Uruguay fue quien se hizo con la victoria y el silencio que inundó el estadio fue tal que incluso recibió nombre: maracanazo.
15. Es el lugar de nacimiento de Oscar Niemeyer
Aunque es conocido por su arquitectura civil en Brasilia, Óscar Niemeyer, figura clave en la arquitectura moderna, en realidad nación y creció en Río de Janeiro. Quizá fue en Río donde Niemeyer aprendió a ser tan poético y a crear ondas imposibles en edificios de hormigón.
Algunas de sus obras, incluido el museo con forma de nave espacial MAC se encuentran en Niterói, ubicada al otro lado de la bahía de Guanabara. El museo forma parte del Caminho Niemeyer, un itinerario que recorre siete edificios diseñados por el arquitecto. Río también cuenta con joyas arquitectónicas de Niemeyer, como el palacio de Gustavo Capanema y el Sambódromo.
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