Todos tenemos sed de recorrer el mundo y una gran pasión por viajar, pero, ¿cómo convertir los viajes en un estilo de vida permanente?
Iniciamos hoy una serie de entrevistas a viajeros que inspiran y hablamos con el bloguero de viajes y fotógrafo Matthew Karsten sobre su vida en la carretera, sus lugares favoritos y cómo viajar puede cambiar la percepción que tenemos del mundo.
¿Cómo y cuándo te entro el rollo de los viajes?
Todo empezó cuando vivía en Miami después de terminar la carrera (en finanzas). No me gustaba el estilo de vida que llevaba y tenía varios amigos que estaban recorriendo el mundo como mochileros; uno viajaba por el sudeste asiático y otro trabajaba en yates por el Caribe. Trabajaban en un montón de sitios y me enviaban fotos contándome historias increíbles. Me daba envidia lo que hacían y veían, así que decidí hacer lo mismo.
Dicidí irme a México un par de semanas para ver si realmente era capaz de hacer lo que me proponía. Me lo pasé tan bien que supe que viajar era lo mío, así que volví, dejé el trabajo y decidí viajar por América Central despacio y a mi ritmo.
¿Qué has aprendido sobre el mundo y sobre tí en este tiempo viajando?
Lo primero que aprendí fue que viajar puede ser muy barato. Durante mi infancia y adolescencia no viajé mucho fuera de Estados Unidos y suponía que viajar al extranjero era algo que solo la gente rica o con mucho tiempo libre podía hacer. Cuando empecé a viajar me di cuenta de que no tienes por qué alojarte siempre en hoteles de lujo y remotos o reservar visitas guiadas todos los días; puedes viajar gastando poco y de una forma que te acerque más a la vida real de un destino.
Soy mucho más paciente desde que empecé a viajar. Las cosas salen mal constantemente y tienes que aprender a resolverlas sin perder la cabeza. Se trata de abrir la mente al ritmo, los olores y los sonidos del lugar donde te encuentras y adaptarte a ellos.
Otra cosa que he aprendido y me ha sorprendido es que allá donde voy la gente es la misma en cualquier parte del mundo. Esperaba encontrar grandes diferencias en la gente de otros países que hablan otras lenguas y tienen otras religiones, pero todo el mundo tiene los mismos deseos y las mismas necesidades. No debemos tener miedo a lo desconocido, sino aceptarlo. Eso es lo que pensé cuando viajé a Cuba. Es un país que está cambiando rápidamente ahora y tenía la idea preconcebida de que era un lugar complicado y peligroso. Me sorprendió ver que los niveles de criminalidad son muy bajos y la gente es abierta y acogedora. Eso demuestra que el mundo no es tan peligroso como los medios de comunicación nos hacen creer.
De todas las fotografías que has hecho en tus viajes, ¿cuál es tu favorita y por qué?
Mi foto de viajes favorita es una que hice de la aurora boreal en Islandia sobre los restos de un avión que se estrelló en una playa remota de arena negra.
Acampé una noche fría junto al avión, sin saber si la aurora boreal haría acto de presencia o no. Cuando por fin apareció, sobre la una de la madrugada, me pareció la luz más espectacular que jamás he visto. Es mi foto favorita por la organización y la paciencia que conllevó capturar el momento.
¿Cómo te gusta planear los viajes?
Me gusta investigar un poco antes de los viajes, pero no planeo demasiado, sino que pido consejo e indicaciones a gente local, que suele mostrarte el lugar donde viven con orgullo.
Otra cosa que me encanta hacer cuando viajo es perderme. Me gusta la sensación de estar en una ciudad nueva y coger una calle cualquiera para ver dónde te lleva.
Paso mucho tiempo viajando solo. Me gusta el reto y la libertad que supone, así como no tener a nadie de quien depender si tienes un problema, porque eso te obliga a depender de ti mismo. Además, viajar solo te da la oportunidad de ir despacio y pasar más tiempo en menos lugares. Así conocer mejor los lugares que visitas, lo que te proporciona experiencias y recuerdos más profundos.
¿Cuál es tu destino de viaje favorito?
Cambia de vez en cuando, pero ahora diría que es Groenlandia. Estuve allí el año pasado recorriendo el círculo polar Ártico y creo que lo que admiro del lugar es la soledad, porque es dificilísimo encontrarla en otro lugar del mundo. Me encantaría volver a otras partes del país y ver cómo vive la gente local en los poblados de la costa. Es un lugar muy especial y poco valorado.
Otro lugar, a mucha distancia de allí, que debo resaltar es Panamá. Estuve varias semanas alojado en la capital en casa de gente local muy divertida que conocí allí. Fue muy especial que me enseñaran la ciudad y pude conocerla a través de sus ojos. Esto ocurrió durante mi primer año de viaje y me ayudó a engancharme a la vida de viajero a tiempo completo.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere ser bloguero de viajes a tiempo completo?
Recibo un montón de correos sobre este tema todos los días y siempre le digo a la gente que, aunque es posible hacer de tu pasión por los viajes una profesión, no es fácil. Tienes que tener auténtica pasión por viajar, tener curiosidad por lo que te rodea y ser muy trabajador. Conlleva mucho sacrificio y vivir con poco, ya que a veces no sabes cuándo llegará el próximo trabajo remunerado. Debes aceptar ese riesgo, así como el riesgo de fracasar.
Para hacerlo bien necesitas lo mismo para cualquier tipo de viaje: ser espontáneo, abierto a cosas nuevas y decir «sí» a todo lo que el mundo te ofrezca.