Con sus costas increíbles, un desierto deslumbrante, plantaciones de café sin fin, y maravillas naturales e históricas, Colombia está por convertirse en uno de los destinos vacaionales de moda. Gracias a los avances recientes en su política, el pasado oscuro de Colombia parece ser nada más que un recuerdo, y su gente está ansiosa de compartir su vibrante cultura “un paso de salsa a la vez”. Así que hablamos con los defensores del “slow travel”, los franco-canadienses Livia Posteuca y Laure Julliard de Slow Journeys Mag, quienes nos comparten sus mejores consejos para viajar por la costa caribeña del país.
Antes de planear tu viaje toma en cuenta que Colombia es un país grande. Tómate tu tiempo para evaluar tus opciones para que puedas aprovechar tu viaje al máximo. Si estás buscando el equilibrio perfecto entre explorar y tiempo libre, escoger un viaje por la costa caribeña, desde Cartagena hasta la parte más al norte del país, es una escelente opción para un viaje de 2 semanas. Te presentamos tres lugares en la costa, que podrían pasar desapercibidos, pero que no te puedes perder.
Minca: el pulmón verde y ecológicamente consciente de Colombia
Ubicada a 5 horas en coche desde Cartagena, Minca es un pequeño pueblo en la cordillera de la Sierra Nevada, y es conocida por sus verdes paisajes, granjas orgánicas de café, senderismo, y especialmente por un clima mucho más fresco que el del resto de la caliente costa colombiana.
Con una población de tan solo 800 habitantes y una sorprendentemente grande comunidad joven de expatriados franceses, Minca es una joya del ecoturismo que ofrece una gran variedad de activiades para mantenerte ocupado por lo menos durante 3 días.
La forma más sencilla de moverte estando ahí es agendando un viaje de un día con uno de los guías turísticos locales. Puedes reservar tu viaje en EmbaSSY con Rafael. Su oficina está ubicada en frente de la iglesia del pueblo, junto a la cafeteria La Minca Panadería, en donde puedes probar lo que seguramente es el mejor pan de chocolate del lugar, así que no te lo puedes perder.
Rafael te preparará una experiencia a tu medida, te dirá en dónde comer un sancocho, la sopa tradicional colombiana, o cómo pedir un taxi a la ciudad de Santa Marta, y todo en un abrir y cerrar de ojos. Bono: su guía local, es un australiano nacido en Colombia que habla un inglés perfecto y que con gusto te compartirá toda la información acerca del país y del área.
Comienza el día con una excursión a la cascada oculta. El camino puede ser un poco inclinado, pero tu esfuerzo será recompensado con un fresco y relajante chapuzón en el agua. En la tarde, súbete a una moto para descubrir Finca Victoria, una plantación auto-sustentable de café, que usa el agua de los ríos de la montaña para generar electricidad. Aprenderás todo acerca del café y su producción, y al final del recorrido disfrutarás de una excelente taza de café.
De Finca Victoria, toma nuevamente la moto y disfruta la tarde en la hostería Casa Viejas, recién abierta por un trío de jóvenes emprendedores franceses, y contempla maravillosas vistas de las montañas. Para el resto de tu estancia puedes escoger viajes más largos por la montaña, hasta Pozo Azul, una alberca natural, muy popular, con dos cascadas; o al mirador de Los Pinos, que tiene una increíble vista panorámica de las montañas, la costa y el océano.
Para bajar el ritmo, te recomendamos que te consientas con una mañana de farniente en una de las hamacas más grandes del mundo en el hostal Casa Elemento. Además de la oportunidad de tomar fotos que serán la envidia de tus amigos, Casa Elemento tiene un restaurante único con un menú delicioso, creativo y con precios muy accesibles.
Todos estos destinos están accesibles en motocicletas conducidas por un experimentado conductor local o en vehículos 4×4. No hay caminos como tal, así que el viaje en sí mismo es una aventura. Pero la mezcla de adrenalina y la belleza de los bosques de bambú hacen que cada minuto de estos viajes valgan totalmente la pena.
Después de horas de montar moto a través de la montaña, relájate con una bebida y una rica cena en el hostal y resturante Mar y Monte. La vista nocturna de Santa Marta y las luces resplandecientes de la costa, son perfectas para que te sientes a hablar de tus aventuras con otros viajeros.
También puedes disfrutar de dulces sueños en Eco-Habs con acogedoras cabañas enclavadas en la frondosa selva, y a tan solo un par de minutos del centro del pueblo, es una gran opción para viajeros que buscan una opción premium de hospedaje que respete a la naturaleza que los rodea. El desayuno se sirve en un hermoso restaurante que tiene vista al valle, el momento perfecto para observar a los colibríes y a otras aves.
Consejo: Si tienes suerte, tu compañero para el desayuno será el majestuoso tucán; listo para posar a cambio de un poco de quso. Ten tu cámara a la mano.
Desierto de La Guajira: desconéctate para reconectarte
A menos de 3 horas en coche desde Santa Marta, encontramos el punto más al Norte de América del Sur, el Desierto de La Guajira – un paraíso casi intacto y como en el fin del mundo, habitado por la comunidad Wayuu. Sus colores desérticos, olas golpeando la costa, verdes oasis, lagunas azules, acantilados vertiginosos, puestas de sol que te dejan sin aliento, son elementos naturales se conjuntan para crear un escenario inolvidable.
Si quieres añadirle aún más color a esta obra maestra de la naturaleza, organiza tu viaje durante la temporada de lluvias (septiembre a diciembre) para observar un gran número de flamencos que habitan el área. A 15 Km al sur de la región, se encuentra Riohacha; visita el Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos, una reserva natural de 700 hectáreas, hogar de alrededor de 10,000 flamencos.
A pesar de que técnicamente es factible poder visitar La Guajira solo, es altamente recomendable que contrates un guía profesional. Magic Tour Colombia tiene su oficina principal en Santa Marta y ofrece viajes de aventura de hasta 5 días, que incluyen transportación, hospedaje, comida y actividades.
Sus guías locales están bien preparados para informarte acerca de la geografía y también de los mitos y leyendas Wayuu, su estructura política y otros hábitos de vida interesantes, así como acerca de eventos de esta región.
Comienza tu viaje en la mina de sal en Urbia, seguido de una visita rápida a Riohacha, antes de llegar a la primera mitad del viaje en Cabo de la Vela – un pequeño pueblo y un inesperado lugar para hacer “kitesurfing”. El lugar perfecto para comenzar a explorar el área: escala las ventosas laderas del Pilón de Azúcar para contemplar una esectacular vista de 360 grados, nada en Playa del Pilón, una hermosa playa adornada con escarpados acantilados a sus espaldas, disfruta la puesta de sol en los dorados acantilados de Bahía Hondita, y descubre (y compra) artesanías coloridas hechas por el pueblo indígena Wayuu: vestidos para mujeres (mantas), bolasa de mano, mochilas y hamacas o chinchorros.
Dormir es algo que se hace bajo las estrellas (o prácticamente), en hamacas grandes y cómodas en la ranchería Wayuu Posada Pujuru. Si eres noctámbulo, puedes disfrutar un delicioso smoothie mientras te relajas al son de la reconfotante selección musical, en el bar Pujuru Kite Surf, que está al lado de la hostería.
Continúa tu viaje hacia Punta Gallinas, que es oficialmente el punto más al Norte del continente y tierra sagrada de los Wayuu, y pasa la noche en la rancherí Wayuu Luz Mila. Entre las dunas enormes que besan delicadamente las aguas color turquesa de Playa Taroa, el tiempo para relajarte en Playa Dorada, y ver las estrellas que te rodean como el domo de una catedral en la noche, lo único que desearás es detener el tiempo para seguir disfrutando para siempre de esta naturaleza salvaje y sorprendente.
Consejo: Si te gusta el pescado fresco, !te vas a dar gusto! Las personas Wayuu preparan comidas rústicas pero deliciosas. Pídele a tu guía que ordene langosta fresca para la comida. Es un extra, pero vale mucho la pena.
Palomino: un destino creciente para el “slow food”
¿Estás buscando vibras playeras pacíficas y tomarte el tiempo para bajar las revoluciones? Perfectamente ubicado entre la Sierra Nevada y el océano, Palomino ofrece playas con palmeras como sacadas de una postal, y atrae a una comunidad de viajeros bohemios y relajados.
Palomino ofrece una gran variedad de actividades como clases de yoga matutinas en la playa, excursiones a la Sierra Nevada, o “tubing” sobre inflables en el río Palomino. El pueblo también es altamente recomendable como base para comenzar a explorar el vasto Parque Tayrona, uno de los parque más populares de Colombia.
Quizá el lado más sorprendente de Palomino, además de no ser una ciudad administrativa, sin bancos, cajeros automáticos y muy poco, por no decir nada de WiFi, es su rápido crecimiento dentro de la escena del “slow food”. Tanto asociaciones locales como embajadores del “slow food” organizan eventos, talleres y mercados de comida para despertar la conciencia acerca de la importancia de este movimiento. Échale un vistazo a la página de Facebook de Slow Food Convivium Palomino para tener más información acerca del calendario de eventos de su Mercado Local y otras actividades.
¿Quieres agregarle un toque de diseño ecológico a tu estancia? Reserva un par de días en el hermoso La Sirena Eco Hotel: acogedoras cabañas en la selva, menú vegetariano y orgánico, y clases diarias de yoga. Además, Casa Coraje, su vecino, está asociado con varias organizaciones de yoga y ofrecen extensos retiros de yoga en diferentees épocas del año – una razón más para colocar a Palomino dentro de tu lista de destinos de viaje.
Consejo: prueba el ceviche de camarón en Finca Escondida, o cena en Suà, un restaurante creativo de “slow food”, con música en vivo y bailes criollos tradicionales.